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Camas muy bien vestidas

Vestir una cama no es solo una necesidad de abrigo, sino que es imprescindible para lograr un look completo. Aunque todos sabemos hacer una cama, conseguir que la cama contribuya a la decoración y no desentone con el resto de la estancia no es tan sencillo como parece.

La lencería de nuestra cama debe entregarnos la armonía de la habitación mientras sigue siendo cómoda y funcional.  Para conseguir ese ambiente, lo mejor es  combinar texturas y colores sin caer en la monotonía o en un efecto demasiado equilibrado y aburrido. Los colores de la ropa de cama son los que contribuirán a lograr el  efecto que  desees y también a potenciar la iluminación, la decoración y el estilo.

Hoy en día se imponen las camas confortables con una buena cantidad de cojines que pueden ser de  diversas formas y tamaños;  vuelven los estampados, las rayas, los cuadros, el patchwork y colores fuertes, con flores y formas vintage. Tampoco acaban de irse los aires románticos de las camas blancas o en tonos pálidos, tranquilos, frescos y sosegados.

¿Qué no puede faltar en una cama bien vestida?

En primer lugar, un forro para proteger el colchón (térmico e impermeable, a ser posible). Después, sábana y sobresábana (o sábana de arriba y abajo o bajera y encimera), después deberá estar la funda nórdica (si usas edredón nórdico ) o la manta (o frazada) y la colcha o cubrelecho. Las almohadas y cojines irán en último lugar.

Además, es una gran idea y muy decorativa, colocar una bonita manta o cubrecama en los pies de la misma, que puede ayudar a terminar la decoración de nuestra cama.

Imágenes: DesdemyVentana, Glamorous

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